domingo, septiembre 29, 2013

Risk

La vida es un riesgo.

Vivir es exponerse.

El sueño de lo invicto es para los héroes. Ya no existen héroes en estos tiempos.

El nuevo otoño

A veces nos toca pernoctar en soledad velar nuestras armas. Esta es, una vez más, mi oportunidad de hacerlo. Ni la primera ni la última. 

Bienvenido otoño, bienvenida la nueva etapa en mi vida. Haberme cortado el cabello que llevé largo por meses no es una cuestión superflua, al menos no en mi. El ponerle pilas a mi lámpara - bala de la magia tampoco. Aceptar mis yerros y perdonarme por ellos es parte del ritual. 
Un parteaguas para el otoño. El nuevo otoño.

Freak

Freak. 

Pude haberte buscado con esa frase en las páginas de encuentros homosexuales que frecuento y jamás pude haberte hallado. Eras un secreto a voces, un mito, un personaje que aparecía y no, que estaba y no, de quien se sabía poco. Asi como yo. Comencé a saber de ti más que los otros. Tu comenzaste a saber más de mi. Comenzamos a saber más el uno del otro. Nos leímos. Nos supimos. Supimos de qué flanco éramos más débiles. Supimos de nuestras neurosis particulares. No supe mucho de tus miedos, pero creo los adiviné y es por ello, que al manifestarlos ante ti, me borraste de tu vida.

Lo nuestro acabó como una vulgar relación de secundaria, lo que siempre evitamos que fuera. Y fue culpa de los dos.

Yo no se a ti como te fue. Un día leí más detalles de los transtornos de personalidad que tenían las personas como tu y entendí muchas cosas. Muchos de mis silencios, muchas de tus palabras, mucho de la forma en que llenaste el vacío que tenía en mi vida. La forma en que lo inundaste de palabras, de música, de teatro, de anécdotas de familias y de tu vida. Y es ese vacío repentino que hay ahora lo que me atormenta un poco, mucho y nada, lo que me empuja a llenarlo de mil formas y una de ésas es ésta, con palabras, con la misma fiebre de llenar el mundo de palabras que tu me contagiaste sin yo darme cuenta. Que tu renovaste en mi sin que yo me diera cuenta. Ese inóculo.



sábado, septiembre 28, 2013

Asperger

"El síndrome de Asperger a menudo se considera una forma de autismo de alto funcionamiento. Esto puede llevar a dificultad para interactuar socialmente, repetir comportamientos y torpeza."

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001549.htm

Yo sabía que tenía el síndrome de Asperger, había leído superficialmente la definición de wikipedia pero no la de MedlinePlus y ése fue mi error

¿Quién se enamora de alguien que padece de ese síndrome sino yo?

Debo asumir mi responsabilidad. Soy un hombre adulto, de 44 años, que se enamoró de un chico de 27 años con Síndrome de Asperger sin estar consciente de eso.

Y ya. Aceptarlo, asumir mi irresponsabilidad.

Pyramids tonight

Debo sumergirme en la profundidad de la droga y el alcohol, alimentado de imágenes y cierta música, para invocar tu recuerdo. Ya no marcaré tu teléfono ni dejaré mensajes amenazantes en tu buzón, ese periodo de rencor adolescente fue una sola hora ingrata en la que me dejé llevar por la rabia. Ya no. Ahora es sólo la nostalgia de recorrer el Eje 3 Sur en la soledad de la noche, guiado por las cintas que indican mi carril, a 90 kilómetros por hora, escuchando ese insólito disco de Frank Ocean que me inyectó de sensibilidad la visión del mundo, que me abrió los ojos y me sacó de mi encierro y enajenación de tanto minimal autista.

Pensándolo bien, fue ese encierro lo que me acercó a ti. Ese silencio mío, esos fines de semana dormido, aletargado, nada de eso es despreciable pues fue ese tedio el que me impulsó a buscarte, acuciado por tus fotografías en internet, por lo que los demás decían de ti. Luego ocurrió esa confidencia sobre tu necesidad de escapar por una noche de la vida que aparentemente eras muy feliz. Esa grieta por la que te escapaste y viniste a mi, en medio de la noche, sin tocar la puerta, descubriéndome en mi rutina de soledad y autodestrucción. Y hablamos, hablaste tú, sobre todo, y al final te levanté de la silla y te saqué a bailar y bailamos y nos embriagamos y nos drogamos. Ese fue el principio de todo.

Te olvidé pronto, porque sabía que aún seguirías en tu historia personal. Te olvidé entre mis viajes fuera de México vía Panamá hacia muchas partes. Mis viajes de martes a viernes, maleta negra compacta, placeres de duty free para gozar en silencio y en solitario. Resignado a resistir.

Hasta que reapareciste.