sábado, abril 08, 2017

Domingo de Ramos, 2017

Faltan 25 minutos para el Domingo de Ramos de 2017. Me desvelo en sábado, hábito placentero que he adoptado recientemente. El clima cálido de esta primavera seca y polvorienta merecen una noche a la semana en la que no me sujete a la rutina de dormir temprano. 



 Acompaño el texto de esta fotografía del cielo primaveral contrastado contra el reflejo del sol sobre un muro color morado. Tomé la foto hace 3 o 4 semanas, en un paseo fuera de la Ciudad de México. Es una imagen que retrata mi estado de ánimo que ha regido la primavera de este año: solidez e infinito. Me percibo en un estadio de madurez física y emocional. Me reconozco con una experiencia que quiero compartir más allá del ámbito cotidiano. Quiero incursionar en un nuevo proyecto. No quiero aburrirme en este momento sino sacar provecho de lo aprendido y compartirlo a los que vienen detrás de mi, y a quienes podría serles útiles mi opinión. Ya no tengo la energía para desperdiciarla en acciones futiles. Tampoco quiero que mi tiempo se desperdicie en hábitos inútiles. Quiero colaborar, compartir, abrirme para aprender de otros, dejar mi aislamiento. Me interesa capitalizar mi experiencia no sólo para las actividades profesionales que me dan recursos económicos, sino también para apoyar nuevas ideas sin esperar una remuneración material. Creo saber manejar las herramientas para llevarlo a cabo. Creo que ya se comunicar mis opiniones de una forma constructiva. 

Quiero dejar de ser una persona gris.