
He reencontrado los días que pasamos juntos en el álbum de fotografías, justo donde aparece la imagen de este vaso del que bebimos cerveza y vino. Echado en la cama sonreías a la cámara. Afuera el sol quemaba la arena de la playa y nos protegíamos de su luz, ya fuera con la lectura o con el sueño.
No extraño esos días.
Quisiera conocer a alguien nuevo que trajera zapatos desconocidos a mi lengua. Ya te has ido. No hay sombras que ver en los reflejos del vaso.
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