Ignoro cuál es la causa de la tristeza que me atacó esta mañana. Sin ganas de despertar, sólo dormir todo el día y quizá no saber más de mañanas. El hambre me obligó a levantarme del futton y prepararme el desayuno. Poco a poco fueron apareciendo sospechas sobre las causas ¿Una práctica de yoga intensa que removió restos emocionales? ¿El acto de magia involuntario que consistió en deshacerme de ropa vieja?
Ya es mediodía del domingo y después de una caminata mi humor ha mejorado. No me gusta que enero sea tan soleado. Ojalá y no sea anticipo de otro año seco. Rezaré por la lluvia.
domingo, enero 24, 2010
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario