Quizá mi experiencia con sustancias que alteran la mente me ayudan a tolerar los pensamientos angustiantes que me asaltan durante el insomnio. No tengo miedo a esos momentos. Sólo los observo, los dejo pasar y me recrimino por haberme alejado de mi práctica de Yoga, y agradeco haberla tenido en la vida para apoyarme a soportar esos minutos que angustiarían a muchos.
Mejor me que quedo en silencio. El mundo se acabará un día y sólo deseo que sea rápido para mi.
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