domingo, diciembre 19, 2010

Mi calle en otoño


Me gusta esta calle, quizá por esono me interesa mudarme aunque cada primavera, cuando el subsuelo se seca, la casa que rento se asiente sobre el terreno y aparezcan nuevas grietas. Esa amenaza latente no me asusta. Por eso duermo con el móvil cerca, por si algún terremoto me deja atrapado vivo y tengo que llamar a que vengan por mi, o al menos para despedirme antes de morir.

No quiero ser uno de esos viejos encorvados que deambulan por esta calle. Ni uno de los mendigos que duermen en sus orillas. Sólo quiero cada minuto que vivno en ella sea eterno, inovidable.

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