domingo, mayo 03, 2015

El vacío de los días festivos

Hoy no es un domingo cualquiera. Inicia apenas la segunda mitad de un fin de semana largo, de descanso, de desconecte laboral. Las más de 50 horas alejado de la rutina han sido un vaivén de emociones: por ratos tristes, en otros alegres. La vida es así. Disfruto de mis amigos cercanos y en la soledad me hundo en mis pensamientos. Me contemplo en la aparente libertad de los días festivos. Pude haber escapado de la ciudad y estar en otro entorno, pero decidí quedarme a observar cómo soy tántas horas en la ciudad sin obligaciones laborales. Me acompañan la música y mi bicicleta. Los primeros dos días fueron nublados y hoy el sol ha salido. Su intensidad me lastima los ojos. Preferiría continuara el cielo gris. No quiero luminosidad. Mi ánimo no está para ello. Mi boca tiene un sabor a hiel.

 

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