sábado, febrero 18, 2017

Febrero 18, 2017

Este fin de semana me he rehusado a sacrificar mi sábado asistiendo a mi clase de la maestría. He optado por descansar de esa disciplina. Los sábados pasados eran ya un tormento que me hacía infeliz. Si, he tenido mucho tiempo libre hoy. Cinco horas es mucho tiempo libre para dedicarse a la contemplación, lo cual no implica que he permanecido quieto pues este estado es difícil para mi. Atender los asuntos de mi casa en horas distintas, con otra luz, con otra velocidad y poder hacer pausas. Liberarme un fin de semana para no enloquecer después de un viaje intenso al extranjero, salir de mi rutina y ver otros paisajes, otros escenarios donde ocurren vidas distintas a las mías, convivir con mis compañeros de trabajo y también encontrar los momentos en poder fugarse de las obligaciones del viaje laboral. Disfrutar del placer del viaje y volver.

Este sábado me desvelo. Recuerdo que la primera noche del viaje tuve una pesadilla atroz. En ella, me desquiciaba y rompía todo el tejido a mi alrededor. Desperté en la madrugada, en el pánico, cuestionándo mi estilo de vida, mis hábitos, examinando velozmente cómo es mi vida actual. Cada día es un día menos de vida. 

Hace dos semanas decidí revisar las batallas cotidianas que enfrento y elegí las más prioritarias. El objetivo fue mi salud mental y física. Me planteo ahora un escenario más apacible para acreditar las materias faltantes de mi maestría. Pienso que siempre fui un alumno aventajado que no estudiaba por pasar exámenes, sino por aprender y me he dejado llevar por el estrés que conllevaba aprobar un cuestionario de evaluación. A estas altura de mi vida profesional, eso no debe ser la prioridad. 

¿Cuál es mi prioridad personal? Disfrutar de mis últimos años, de mi plenitud, de mi experiencia. Ya no quemo mis municiones en batallas inútiles. Tengo criterio. Se discernir. Las personas a mi alrededor me admiran mas resaltan mi estrés, mi locura. Tengo una vida buena. Tengo salud.

Quiero vivir bien. Ya se vivir. Se nombrar los eventos que me suceden ¿Por qué la prisa?

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