domingo, abril 05, 2009

Luz


Primer día de horario de verano. Hace calor. No hay agenda. Esta mañana no había ánimo para estar despierto. Por eso dejé el cuerpo dormir más. Que mi consciencia estuviera ausente de un mundo en que el continúo vivo por inercia.

Hace unos meses, en Zipolite, soñé que era un muerto que no se había percatado de su final y permanecía en un limbo que creía era su vida. Una idea que no descarto del todo, sigo aquí vivo porque mi propia muerte me pasó desapercibida y mi concepción de la realidad seguió de la largo, continúa trenzando eventos y dando cuenta del paso del tiempo. No tengo pruebas tangibles de mi propia existencia, ni de que mi alma esté en pena. Mi vida es una ilusión y siempre ha sido así. Por lo tanto, no hay temor ni sorpresa ante las manifestaciones de la luz vital.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aunq usted no lo crea... le conozco, tal cual se sincera en sus escritos.

Joselo.