martes, junio 16, 2009

Draft.1

Pasa de la media noche y llovizna desde que me dormí a las 8.30 p.m. Vuelvo a tener sueños, pero ésta vez no han sido sueños amorfos, sino un sueño sublime que se gesta sobre las ruinas de un monumento que rememora glorias de tiempos idos. Despierto en medio del sudor habitual de los últimos días. Aún quedan reminiscencias del sueño. Recuerdo que hay algo relacionado con la concepción de un calendario no lineal del tiempo, quizá un símbolo de que estoy en una edad en la que el tiempo ya no es una sucesión de días como antes sino una etapa. Luego hay un recorrido sobre las superficies abandonadas, un discurso, un verso que se pule sobre las frases y todo ello alrededor de un extremo superior de dicho monumento, un verso que habla sobre el legado que se dejará, un escrito hipnótico en su inicio que me lleva hacia un hecho muy concreto, un proyecto que se fragua y del que soy testigo ocurrente. Luego hilo hechos del día y repaso sus eventos peculiares: una llamada telefónica, el desagüe de mi baño con problemas, la lectura de un libro sobre la psiquedelia y lo contrasto con mis intereses actuales: quiero dormir por más horas, una cita pendiente mañana, un cable de noticias, un recorrido por las calles de la ciudad que más caminé cuando era un adolescente en la ciudad que es un paseo por las instalaciones de esas instituciones fallidas del gobierno. Me imagino un rol para mi en ellas, pero es sólo eso, un rol fantástico pues sus estructuras están podridas por dentro y como se dice, es mejor derrumbarlas y construir otras encima que intentar restaurarlas.

Se que me costará dormir en paz otra vez y prefiero ocupar esos minutos en que la fiebre del insomnio breve se disipe en esta escritura. Mas el sueño me ha dado algunas pistas de hacia dónde podría dirigirme y ocuparme. Me ha dado pistas para hacia dónde podría moverme.

Se acerca el verano y la lluvia de esta noche indica un cambio de tiempos, como este sueño.

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