domingo, julio 29, 2012

Domingo 29

Domingo, dulce domingo. No me interesan las obligaciones del ejercicio físico. Dejo que el colesterol y los triglicéridos hagan su trabajo. Me olvido de ello. Un ataque cardiaco o la alta presión acabarán conmigo, sino es que un accidente, un terremoto, un crimen. La muerte natural ya no parece opción para mi.


Dejar que el alcohol y las drogas me entretengan en el tiempo libre. Permitir que la indolencia hacia mi mismo sea quien dicte la decadencia física. Ya no sueño, ya no tengo ilusiones, todo eso se ha extraviado en las olas.


Pude estar ahora en un taller de Yoga y enfocarme en técnicas de restauración. No pude, no quise, no quiero. Pude muchas cosas que decidí no hacer. Vivir como he querido es mi desconsuelo y remedio a la vez.


Soñar... seguir soñando pero como proceso neurológico, no como anhelo. 

No hay comentarios.: