domingo, noviembre 30, 2014

Otoño - 2

Caigo entonces en una espiral sin fin y con muchos retornos. Un caracol que alimenta muchas entradas. No hay salidas aparentes. Ha llegado el tiempo del tedio. Un hartazgo equivalente al de los vampiros, cuya inmortalidad es mas castigo que gloria. Dormir en el día, estar despierto por las obligaciones que suscribo para conseguir un ingreso que mantenga mis necesidades: comer, dónde vivir. No hay mas allá. De repente hallar cómplices, compañeros de una ruta que no parece tener alternativas. Miedo a tomar los caminos que no son los indicados. Eso es lo que me invade: cobardía, temor al cambio.

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