2014 no fue un año tan malo. Ocurrieron sucesos en mi vida diaria justo a tiempo, en el primer trimestre, cuando estuve a punto de tomar cambios decisivos que habrían redundado en un año muy distinto. Aposté por la continuidad laboral y no me fue mal. Mi vida privada también tuvo una renovación en el verano. El conocer a una persona distinta pero muy afin a mi revitalizó mi forma de actuar en el mundo: menos ansiedad, menos estrés laboral, más creatividad en el tiempo libre y nueva música que me estimula.
Ahora inicio 2015 con semana y media de descanso. Merecido, pienso yo, aunque me esté costando trabajo al principio el habituarme a ser dueño de tanto tiempo libre.
Van votos por que este año sea mejor que el pasado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario