sábado, abril 12, 2008

Párrrafos para quien se sueña lejano

Vuelvo a soñarme lejano, saturados de humedad mis pulmones, sol, arena y gaviotas. Oleaje en mi nariz y en el mar que está enfrente, inmune a las alergias, ignoto de mi maquinaria de obsesión que acorta mi vista.

Me sueño bailando sobre mi eje, hacia la derecha primero, hacia la izquierda después. Rodeado de luces y música que me lleva hacia adentro y despierta las múltiples voces que guardo.

Me despierta un mosquito que pica mi piel y me hace amanecer en la búsqueda de nuevos cánceres. Recuerdo las verrugas de mi abuelo y de mi madre, releo la posible etiología de este mal y me preguntó si en verdad mi vida íntima ha sido un caño.

Leo sobre Roberto Bolaño y recuerdo el llanto que me provocó el final de Los Detectives Salvajes. A alguien que conoce de mi pasado literario le he dicho que somos como esos personajes dispersos por el caos de la vida, mucha intencion juvenil que no cuajó por mil razones, quizá la más importante en mi caso el no querer participar en las cortes editoriales. Me veo ahora, poco antes de cumplir los cuarenta, un poco débil y sin entusiasmo. Le he dicho a mi hermano que no me aferro a religión o causa ecológica alguna pues esta humanidad tan desgarrada es así por naturaleza, competitiva y ávida de autodestrucción pues en el fondo lo que hay en ella es Naturaleza y ésta es caótica. Ahora me veo en las redes de ese caos. Las olas que surfeo desde hace años me han conducido cerca de los riscos. Las aguas son más profundas mas el paisaje no podría ser más espléndido. Un día caeré al agua y no saldré más. Quién sabe cuándo, mas se que en esa caída me soñaré bailando sobre mi eje, hacia la izquierda, en busca de esas voces múltiples que guardo y que a partir de entonces lo serán todo para mi.


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