La vida tiene momentos así, donde la amplitud del horizonte se cierra a un rincón donde no brilla tanto la luz. Aprendo a aceptarlo y a dejarme llevar, a no pelear pues no tengo la energía suficiente para salir de ahí. Me reconozco débil en estos días y es también una exploración de este rincón.
La alternativa sería dejarme morir. Sigo en la pelea, entonces, y me caigo, como esta mañana.
sábado, abril 26, 2008
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