A veces nos toca pernoctar en soledad velar nuestras armas. Esta es, una vez más, mi oportunidad de hacerlo. Ni la primera ni la última.
Bienvenido otoño, bienvenida la nueva etapa en mi vida. Haberme cortado el cabello que llevé largo por meses no es una cuestión superflua, al menos no en mi. El ponerle pilas a mi lámpara - bala de la magia tampoco. Aceptar mis yerros y perdonarme por ellos es parte del ritual.
Un parteaguas para el otoño. El nuevo otoño.
domingo, septiembre 29, 2013
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario