sábado, octubre 30, 2010

Las almas

Hay almas que pasan por mi casa. Su tránsito es temporal, no más allá de una hora. Ocultas tras la libido, tras la charla vanal que antecede o sucede después del sexo. Almas pasajeros, cuerpos temporales. Son míos, soy de ellos. Al final permanece sólo su rastro en una bolsa de basura, a veces en la memoria de mi teléfono y quizá haya un segundo paso por mi casa, en mi cama. He intentado más de un vez que alguna se quede por más tiempo. Afanosamente busqué y encontré y no encontré. Ese interés por la permanencia de otro se ha desvanecido. Mientras más distintos sean entre ellos, mejor para mi, pienso. Es insoportable cuando se vuelve una rutina lo que prefiero sea temporal, emocionante y único.

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