sábado, marzo 22, 2008

Historia del Bioterror-5


La celebración de esa primavera -la primera de su otoño, pensaba-, ocurrió entre sueños extraños: se soñó fundador de un club de sexo, Los Adoradores del Cremaster, compuesta por seropositivos que se reunían para tener orgías bare back. La secta se basaba en la premisa de que el mundo está siendo destruido por el hombre y éste debe ser víctima del propio proceso de la evolución. Entonces, al organizar orgías bare back entre seropositivos, se propiciaba la multiinfección en ellos, el intercambio de cepas de virus HIV, a grado tal que un individuo podría portar más de 3 cepas en su sangre que a su vez se entrecruzarían y mutar y hacerse resistentes a los fármacos, y quizá, a incluso ser posible de contagiarse por estornudos como el catarro común. Eso era lo que perseguía detrás de propiciar encuentros masivos y promover el abandono del condón. Que de su club partiera la cepa mortal que acabaría con los hombres y la evolución diera un giro. Su mayor deseo, se decía en el sueño, era sobrevivir a la hecatombe epidemiológica para contemplar cómo la naturaleza, libre del yugo humano, se apropiaba de sus obras.

Esta trama se la pudo narrar a si mismo hasta dos días después de la primavera, en un momento en que ató los cabos de sueños dispersos. Se miró al espejo: la primera primavera de su otoño, volvió a repetirse. Entonces se metió bajo la regadera y se bañó con agua fría.


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