sábado, marzo 08, 2008
Toma de emergencia
Siempre quiero tener una toma de emergencia y no es para apagar el fuego de mi mente. Al contrario de lo que una llave de agua podría hacer, mi toma es fuego para echar a andar la imaginación y se me suelten los dedos en el teclado.
Mi fuego podría parecer extremo para muchos, pero a fuerza de acostumbrarme a la profundidad de sus filos, es ya un aderezo para los momentos en que no quiero estar aburriéndome con lo gris del mundo.
Fuego para iluminar y estar receptivo.
Fuego para ensanchar mis caderas, penetrar más en mi ombligo y sacar fuera la náusea de la domesticidad conformista.
Declaración de independencia ese fuego ardiente en mi cabeza, en mi sangre, desvanecido en la orina. Extraviado con el deseo.
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